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"Los veinticinco centavos de la abuela"

Por Cristina Oses

Chiquilla de porra, lo lleva en la sangre, igualita a la mamá, y pensar que la Doña me inicio en este julepe. No había canción de la Fania All Star que me perdiera, música alegre, si, por veinticinco centavos remeneaba las caderas, entre más me movía más ganaba, terminaba cansada.

Pelaita arrepimchosa, bailar por plata, eso fue lo que aprendí, y me gustó.

Pero ella no, lo hace por arte, ¡yo que sabía de eso!

A la pariente le divertía. Veía los bolsillos de su vestido cargados de monedas. Mientras la entretenía, a todos le caía en gracia, cómplices a donde llegué.

Aún recuerdo ese bar donde les bailaba el “Cheche cule”, no me arrepiento, era lo mejor que hacía.

Por más que le decía —muchachita deja eso, quiero otro futuro para ti, a escondida me imitaba, le tiraba la chancleta, ¡vaya estudiar algo que valga la pena el sudor que dejo en la pista!

Me desafío, era su sueño, quien iba a creer que llegaría tan lejos. Yo le pedí un título y me lo dio. Mi hija, primera bailarina de Ballet clásico del país.

A la Doña se lo debo, no lo puedo negar, los veinticinco centavos nos cambiaron la vida.




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