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El gran nacimiento en la casa vieja

Realizar el nacimiento o pesebres como se conoce en otros países siempre generan recuerdos de nuestras navidades, especialmente porque nos encanta recrear el lugar donde nació Jesús y hacerlo en familia.

El origen de los nacimientos se remonta a la época de Giovanni Bernardone, mejor conocido como San Francisco de Asís, quien fue el primero en instalar un nacimiento viviente para ejemplificar el nacimiento de Jesús. La fecha exacta es desconocida, pero pudo haber sido en 1223.

En esta ocasión les comparto un recuerdo de navidad sobre el nacimiento de la escritora panameña Lilibeth Mendoza Corro. Espero lo disfruten.

Mis primeros años los viví en el interior, en una casona de techo alto, portal amplio, patio con diversos árboles frutales.

Al llegar el mes de diciembre, se podía sentir la fuerte brisa, la luz del sol con una especial brillantes, se mecían las copas de los árboles al movimiento del viento caprichoso; se avecinaba la puesta del gran nacimiento y posterior la llegada del niño Jesús con los regalos.

El inicio de la puesta del nacimiento era todo un acontecimiento, la revisión de las luces, el desalojar la sala de los muebles, el sacar de los distintos recipientes donde, cuidadosamente envueltas en papel periódico, se guardaban cada pieza.

Se iniciaba con la estructura, se ocupaba casi la totalidad de la sala, este trabajo era de los adultos, se le proporcionaba altura en algunos espacios que representaban las montañas donde bajaba zigzagueante un papel de aluminio cuidadosamente arreglado que emulaba ríos, se ubicaban los animales propios del ambiente acuático, contaba con espacios abierto y llanos que le colocábamos arena representando el desierto, espacios con casas y altas palmeras. Creando en miniatura la representación de todo un ecosistema.

Un detalle importante era la puesta de las luces, las que estaban cerca de los ríos eran azules, las que estaban cerca de los bosques verdes y en los desiertos amarillas.

El momento esperado 24 de diciembre en la noche, el lugar privilegiado del nacimiento el pesebre, siempre en lo más alto, se colocaba la última pieza “el niño Jesús”.

Al mudarnos de la Casa Vieja (así le decimos de cariño), las piezas del nacimiento no se fueron con nosotros a la nueva casa; las piezas del nacimiento fueron regaladas. Ahora, en la nueva casa nunca se armó un nacimiento.

Mantengo el invaluable recuero ¡Del gran nacimiento, en la casa vieja!


Autora: Lilibeth Mendoza Corro


Fuente imagen pesebre: www.infobae.com

 
 

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