¿Qué cambió en mí la pandemia?
Uff!!.. es una pregunta que me hace responder de manera literal: “NADA"... nada, porque físicamente soy la misma. ¿Emocionalmente? sí y mucho.
Experimenté la muerte de varios parientes cercanos, hubo dolor y tristeza, reflexionar que nacemos para vivir, crecer y morir. Y eso es la vida terrenal, única y no hay más.
Escucho mi diagnóstico, recuperación lenta, me deja en pausa ese dolor, mi día a día cambió, obligándome a depender de otros para realizar ciertas actividades personales. Reconocer que siempre necesitamos de los demás.
Decidí vivir con más pasión y valorar cada minuto. Confirmo que la paciencia es una virtud, que no debemos preocuparnos por cualquier cosa, lo material está de más y se puede vivir con lo básico y elemental. Por muchos planes que haga, no tengo la última palabra porque todo puede cambiar en un instante.
La vida hay que vivirla con ahínco y coraje porque no somos eternos.
Pese a todo, esta pandemia me hizo fuerte, me unió a mis parientes, en estos momentos cuando más necesitas de un apoyo, personas que están conmigo, aunque no las vea todo el tiempo. Me mostró qué puerta puedo tocar y quiénes me la abrirán.
Descubrir cada día el rostro de un Dios vivo, un Dios que existe para darme fuerzas para no desanimarme, creer en Él aumenta mi fe y fortalece mi espíritu.
Autora: Estela
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