Por: Kathia Arjona
@ka72thia
"Kathia ayúdame a hacer algunas cartas a ciertas empresas para pedir patrocinio." me pedía mamá.
Entre esas empresas estaba Nestlé, Pepsi Cola, el Pan Ideal, por mencionar algunos. Para mi mamá la Navidad simplemente es compartir, dar, hacer felices a otros y es así como en varias navidades, me dispuse a redactar cartas y organizar la fiesta de navidad comunitaria que hasta los medios de comunicación llegaban para cubrir el evento y personalidades como Martínez Blanco asistían para integrarse con niños, padres, personas mayores y todos los de la Barriada en Carrasquilla.
Hot dogs, canastitas, golosinas, fotos, personajes infantiles, bebidas, piñata fueron parte en los años 90 de estas celebraciones navideñas. Se cerraba la calle y todos nos integrábamos en el vecindario. Mi mamá nos enseñó a todos que dar es recibir y mis hermanos y yo fuimos voluntarios de aquellas fiestas donde también cada niño se llevaba con mucha ilusión un juguete y cada navidad siguiente, todos esperaban la gran fiesta en la barriada.
Cada año se incrementaban los niños y los asistentes por lo que nuestra lista de patrocinadores también se extendía y me hice experta en redactar cartas y en la logística para que todo fluyera como se esperaba.
Luego, cuando nos mudamos, mi mamá continuó estas tradiciones en el interior y le incorporó oraciones con el Santo Rosario, haciendo peticiones y agradeciendo por las bendiciones recibidas.
Han transcurrido alrededor de veinte a veinticinco años desde estos recuerdos tan especiales y mágicos, siendo estos niños hoy adultos y padres de familia, me atrevo asegurar que la semilla de compartir y dar ha quedado en ellos gracias a la generosidad inspiradora de mi mamá.
Por estas tradiciones familiares, hoy puedo decir que no hay mayor felicidad que dar sin pensar en individualismos sino en la solidaridad entre todos como grupo, como prójimos.
Dar en navidad trae alegría, dar tu tiempo, tu capacidad, una mano, un detalle, una sonrisa.
Gracias mamá por enseñarme a dar.
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